por Andrés Sebastián Brunetti
Izamiento de la Bandera Nacional junto al cartel de la Feria y al escenario central del evento.
Pajera poco casual: un perro negro pequeño sobre el lomo de un caballo blanco.
Pajera poco casual: un perro negro pequeño sobre el lomo de un caballo blanco.
Niño pequeño cabalgando un caballo en la presentación de la gauchada.
Pareja de baile, primer plano de un vínculo especial entre ella y él.
Una de la caras del viejo edificio de los Mataderos. Bandera argentina en el medio.
Una de la caras del viejo edificio de los Mataderos. Bandera argentina en el medio.
Parejas bailando a la luz del sol, el cartel de la Feria de Mataderos se ve a lo lejos.
Fecha histórica por excelencia, el pasado 25 de Mayo se celebró el aniversario número 197 de la creación de la Primera Junta que, liderada por emblemáticas personalidades argentinas y españolas, puso en marcha nuestro proceso de independización de España.
Durante toda la jornada se vivió un clima festivo, con ansias de presenciar un evento tradicional que hace ya 21 años se viene produciendo entre las Avenidas Lisandro de la Torre y De los Corrales.
Los puesteros estaban emocionados porque, debido a la fecha patria y al feriado por la misma, la concurrencia de la Feria sería mucho mayor que de costumbre. Y como se mencionó antes, los eventos tradicionales sucedieron sin hacerse esperar:
· El típico baile folclórico, con la indumentaria y los pañuelos, fue el punto de atención central de la Feria.
· La presentación y despedida de los “gauchos” a caballo, presenciando firmes el izamiento a la bandera y por consecuencia la recitación al himno nacional.
· Y por último, el eterno recital que se vive todos los días de Feria, cantado por folcloristas curtidos de la zona.
Los productos más consumidos durante el día patrio fueron el locro, la empanada criolla, el asado y las nunca infaltables tortas fritas. Los puestos, los puesteros y la gente que recorrió de punta a punta el evento formaron una comunión única en la que se vivieron momentos imborrables.
La jornada terminó alrededor de las 19 horas, con un clima helado y el sentimiento caluroso de haber estado presentes en una nueva celebración de esta fecha tan importante para la historia de nuestra amada República Argentina.
Durante toda la jornada se vivió un clima festivo, con ansias de presenciar un evento tradicional que hace ya 21 años se viene produciendo entre las Avenidas Lisandro de la Torre y De los Corrales.
Los puesteros estaban emocionados porque, debido a la fecha patria y al feriado por la misma, la concurrencia de la Feria sería mucho mayor que de costumbre. Y como se mencionó antes, los eventos tradicionales sucedieron sin hacerse esperar:
· El típico baile folclórico, con la indumentaria y los pañuelos, fue el punto de atención central de la Feria.
· La presentación y despedida de los “gauchos” a caballo, presenciando firmes el izamiento a la bandera y por consecuencia la recitación al himno nacional.
· Y por último, el eterno recital que se vive todos los días de Feria, cantado por folcloristas curtidos de la zona.
Los productos más consumidos durante el día patrio fueron el locro, la empanada criolla, el asado y las nunca infaltables tortas fritas. Los puestos, los puesteros y la gente que recorrió de punta a punta el evento formaron una comunión única en la que se vivieron momentos imborrables.
La jornada terminó alrededor de las 19 horas, con un clima helado y el sentimiento caluroso de haber estado presentes en una nueva celebración de esta fecha tan importante para la historia de nuestra amada República Argentina.
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