En la huella de la historia

El Parque Lezama se encuentra ubicado en el barrio de San Telmo, fue creado sobre una de las barrancas naturales de la ciudad, donde se puede apreciar la espesa arboleda del parque y su imponente barranca natural que se deja vislumbrar a pasos del centro porteño. Una opción para quienes buscan el equilibrio entre la historia y el presente de una ciudad única.

Fuente de avenida Paseo Colón y Brasil

La historia del Parque se inicia por los años 1700, donde se instaló una barraca perteneciente a la Compañía de Guinea, dedicada al tráfico de esclavos negros. El lugar era conocido como la Quinta de los ingleses, debido a sus dueños originarios, Daniel Mackinlay y su mujer Ana Lindo, Carlos Ridgley Horne, acaudalado norteamericano casado con una argentina, hermana del general Lavalle. Horne anexó varios terrenos e hizo construir una nueva mansión sobre la calle Defensa.

Mansión Lezama. De estilo italiano.

Luego compra la residencia el salteño José Gregorio de Lezama, casado con doña Angela de Alzaga. Lezama también anexa un terreno vecino extendiendo la propiedad hasta la calle Brasil. A raíz de su esposa, quien era amante de las plantas exóticas. Contrató en Europa un especialista en el trazado de parques y consiguió poseer el parque privado más hermoso de Buenos Aires, quien hizo
traer colecciones de ejemplares de todas partes del mundo que aún se conservan. Se amplió y mejoró la mansión de dos pisos rematados por un alto mirador, los salones de la residencia fueron decorados por el artista uruguayo León Pellejó.

Camino de la ex-residencia Lezama

Su viuda lo cedió a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1894 por una módica suma, a condición de que fuera un parque público y llevara el nombre de su marido.
Además algunos historiadores sostienen que en las tierras de Lezama, fue establecido el primer asentamiento que tuvo Buenos Aires, en 1536, por Don Pedro de Mendoza quien posteriormente fuera fundador de la Ciudad.

Homenaje a Pedro de Mendoza. Fundador de la Ciudad.

En la actualidad, el parque Lezama tiene una extensión de 80.000 m² y esconde entre su follaje artísticas esculturas y monumentos como "Pedro de Mendoza" de Carlos Oliva Navarro sobre Brasil y Defensa; y el monumento "A La Cordialidad Internacional " de Julio Villamajó y Antonio Pena, en la avenida Martín García casi esquina Defensa, entre otros.

Árboles de un lugar único.

Entrar al Parque Lezama, es adentrarse en un lugar apasionante. La riqueza y variedad de flores, plantas, esculturas, monumentos y otras construcciones lo transformaron en uno de los lugares más atractivos de la ciudad.

Con el correr de los años el paseo público se transformó en un lugar con una animada actividad social. Contaba con un pequeño tren, calesita, lago artificial, tambo, teatro al aire libre, pabellón para banquetes, circo, anfiteatro, un restaurante y un cinematógrafo, el primero que funcionó en el barrio de San Telmo.

Pero el parque no es sólo recuerdos, lo que también se destaca es su gente, las muchedumbres que lo visitan dándole vida y movimiento, creando y enriqueciendo su historia periódicamente.
El Lezama, es una caja de sorpresas, un espacio que nuclea incontables historias.

Antonio J. Bucich, investigó y narró la vida del parque, Ernesto Sábato inició su célebre novela Sobre Héroes y Tumbas con Martín, uno de los personajes, sentado en uno de los bancos cerca de la estatua de Ceres. Estanislao del Campo lo mencionó en su Fausto. Además, en este histórico parque se asentó el primer depósito de pólvora, el primer molino de viento y el primer horno para fabricar ladrillos de la ciudad.

El Parque es historia y futuro por otros bienes incambiables, por la belleza de su paisaje y la calidez de sus visitantes. Aquí encontramos niños que corretean sus jardines, jubilados que disfrutan jugando a las cartas, damas o ajedrez, o de las esculturas o la fuente. Parejas que tejen sueños y palabras sopladas por el viento. En este parque entrelazamos una magia interna única.


ALEX_ZANDER_07 // Alexander Garrido